lunes, 28 de octubre de 2013

I Media Maratón del Condado 2013

27.10.2013


A la altura del km. 16, últimos metros del camino.
Este domingo he estado participando en la I Media Maratón del Condado que se disputaba entre las localidades de Bonares y Rociana del Condado. Una dura prueba, bastante más dura de lo que esperaba, que me dejó con un sabor agridulce.

Nos desplazamos hasta Bonares tres integrantes del club; Miguel, mi hermano y un servidor. Una vez allí, no tuvimos ningún problema para recoger los dorsales y la bolsa del corredor y poder admirar el complejo deportivo que tienen en esta localidad. Viendo las listas de inscritos pudimos contemplar que no habían tenido una inscripción masiva que es lo habitual en los últimos tiempos, lo que nos abría las puertas a obtener algún premio por categoría.

Una vez cambiados, nos pusimos a calentar y, poco antes de la salida, los jueces hicieron un control de dorsales. Nos pusimos en una buena posición en la salida como hacemos últimamente para no perder tiempo y, tras el disparo, emprendimos la marcha en pos de descubrir los encantos que nos tenía preparada esta media maratón...


Nada más salir dimos una vuelta a la pista de atletismo y salimos del polideportivo con dirección a Rociana. Aproveché la vuelta por la pista para contar el número de atletas que llevaba por delante que no eran más de 30. Pronto dejamos la carretera que llevábamos para adentrarnos en un camino con el firme algo blando que nos llevó hasta la carretera general que ya no abandonaríamos hasta llegar a Rociana. En este momento Miguel y yo íbamos juntos y nos fuimos quedando atrás del grupo numeroso que íbamos cerrando junto con otros dos atletas con los que formamos un pequeño grupo perseguidor de 4. Tengo que decir que, cuando íbamos en el coche hacia Bonares, cogimos por la carretera por la que discurría la carrera para reconocer un poco el terreno y nos dimos cuenta que el perfil era bastante exigente.
Llegando a Meta

Hasta el kilómetro 3 fuimos descendiendo y, a partir de entonces, comenzó una leve subida, muy leve, que nos llevó hasta el 6. Era aquí donde empezaba el primer gran desnivel. Dejábamos la carretera general y cogíamos la salida hacia Rociana con una pendiente pronunciada. Pasado el kilómetro 7 nos llegó un pequeño descanso en forma de descenso que aproveché para pegarme a Miguel que me había sacado un par de metros. El descanso fue corto porque en el kilómetro 8 nos encontrábamos con un muro que nos llevaría hasta el centro del pueblo. Una gran pendiente de casi un kilómetro para pasar por el casco histórico de Rociana.

Una vez en la Plaza del pueblo comenzaba el descenso para salir de la localidad y poner rumbo a Bonares. Aquí ya íbamos acusando el esfuerzo pero aprovechamos el descenso para recuperar cuánto pudimos. Quizás nos habría venido bien haber tenido el avituallamiento en el 9, en lugar de en el 10. Con el pueblo a nuestra espalda nos adentramos en un terreno totalmente desconocido, sabíamos que la vuelta se hacía por un camino pero no teníamos ni idea de lo que nos esperaba.

Una vez en el camino (km. 10) comenzamos un ascenso progresivo que no paró hasta que llegamos al polideportivo de Bonares en el kilómetro 16,5. Fue un trayecto durísimo donde no tuvimos descanso que me dejó totalmente agotado. En este trayecto Miguel me sacó unos 300 metros pero aún conservaba la esperanza de poder alcanzarlo más adelante. Finalizado el camino, pasamos por delante del polideportivo de Bonares y nos encaminamos hacia el pueblo para completar los 5 kilómetros que nos quedaban. Aquí me encontré con mis sobrinas, mi hermana y mi cuñado que había venido a vernos y que nos hicieron las fotos. Y también aquí me llegó el mazazo cuando, aún yendo cuesta abajo, no era capaz de coger un ritmo cómodo, había agotado mis fuerzas en el camino y aún me quedaba lo peor.
Con mis sobrinas que vinieron a animarme

La entrada en Bonares cuesta abajo tampoco ayudaba mucho porque la pendiente era tan pronunciada que tenía que ir frenando para poder controlar la zancada. Con todo esto, bajamos durante algo más de 2 kilómetros para luego encontrarnos con la subida final, otro tramo de otros 2 kilómetros pero esta vez subiendo todo lo bajado y con las vistas puestas ya en llegar a la meta. Aquí bajé el ritmo definitivamente y subí como pude hasta que tuve el polideportivo al alcance a mis ojos donde apreté para dar lo poco que me quedaba.

Al final, paré el crono en 1h36’22” entrando en la posición 32 de la general y 4º de mi categoría. Miguel fue el 3º de la categoría con 1h34’03” y mi el hermano el 12º de la categoría con 1h40’52”. Como dije al principio, esta media me deja un sabor agridulce porque, por un lado, he conseguido una buena posición y un tiempo aceptable viendo la dureza de la prueba pero, por otro lado, he terminado con la sensación de estar fundido.
Clasificación final de mi categoría

Esta semana no competiré y me la tomaré de descanso porque ya voy notando un exceso de competiciones en las piernas. La próxima será la Carrera de Fondo del Aljarafe el 10 de noviembre.




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