Momentos previos
Como cada año, el día del Maratón de Sevilla toca
levantarse temprano y este año un poco más al adelantarse la salida en media
hora. Así pues, a las 6 de la mañana sonó el despertador. El día anterior ya
había preparado la mochila y toda la ropa que me iba a poner, así que, me fui
directamente a desayunar. Por muy especial que sea el día, el desayuno no lo
fue tanto y desayuné lo mismo que cualquier día, un zumo de naranja y una
tostada. Eso sí, durante la mañana bebí más agua de lo habitual.
A las 7 vino mi hermano a recogerme y nos fuimos al lugar
de encuentro donde ya nos esperaban el resto de compañeros. El día anterior
había estudiado bien el plano de acceso a los aparcamientos y fue realmente
rápido y fácil llegar. A las 7 y media ya teníamos el coche aparcado y
esperando al resto de compañeros. Una vez todos juntos nos fuimos hacía el
interior del Estadio de La Cartuja para ir cogiendo sitio. Como somos animales de costumbres, nos chocó que el
interior del estadio estuviera distribuido de manera distinta a otros años y no
encontrarnos las sillas que usábamos para cambiarnos. A falta de esto, nos
acomodamos en unas mesas que nos vinieron muy bien para tener la mochila en
alto y no tener que agacharnos.