miércoles, 21 de octubre de 2015

VI Trail Turdetania 2015

18.10.2015


Si hablamos de un trail de algo más de 55 kms, uno puede imaginar que la dificultad no es baja. Si le sumamos un desnivel acumulado de casi 2.000 metros, el tema pasa de castaño oscuro. Y si, a todo esto, le añadimos el temporal que sufrimos durante la prueba ya se convierte en algo heroico.

Las lluvias de la semana previa al Trail Turdetania nos hacían presagiar una carrera dura, más si cabe, cuando los pronósticos avisaban de una alerta naranja por lluvias para el domingo. Y que el director de la carrera nos diga antes de comenzar que han sopesado suspender la prueba, que nos vamos a encontrar muchísimo barro y que es posible que algún tramo del trail pueda ser cambiado por la seguridad de los participantes, ya nos hizo entrar en tensión  y tener la mosca detrás de la oreja ante la incertidumbre de lo que nos íbamos a encontrar.

Sin un objetivo exigente, con la única idea de acabar la prueba, estas circunstancias solo nos hicieron replantearnos un poco el ritmo de carrera para contrarrestar la dureza de correr sobre terreno deslizante.

La salida se dio bajo una intensa lluvia y, en pocos metros, ya estábamos metidos en el Camino de Santiago de barro hasta los ojos y sorteando charcos. Los primeros doce kilómetros fueron los más complicados con respecto al terreno. El barro nos hacía patinar, las caídas eran constantes, las zapatillas hacían “efecto chupón”. En este terreno intentamos mantener el grupo pero era casi imposible. Una vez pasamos el peor tramo llegaba el momento de hacer grupo y esperar a los rezagados. En pocos minutos estábamos juntos siete de los diez compañeros que habíamos tomado la salida (Mauri, Jose, Delicado, Candi, Juanlu, Gabi y yo). Melo había tirado para adelante como estaba previsto y Camino y Gámez se quedaron bastante retrasados, lo que nos llevó a tomar la decisión de seguir hacia adelante.

Ahora llegaban las trialeras, sortear los surcos del terreno, correr sobre auténticos ríos de agua y sortear la vegetación existente hasta llegar al km 12 donde estaba el primer avituallamiento. Tomamos un poco de agua y seguimos pegados a la carretera hasta llegar a Castilblanco sobre un piso en mejores condiciones, aunque a  la dificultad del terreno había que añadir que el primer tercio del trail se hacía en ascenso.

En el km 19 llegamos al segundo avituallamiento, aquí pudimos comer algo y recargar las mochilas. Tras unos minutos de descanso, proseguimos en busca de un terreno más favorable. A partir de aquí empezábamos a correr por pistas de tierra compacta con bajadas y subidas muy pronunciadas y la lluvia también nos empezaba a dar algunos minutos de tregua de manera intermitente que aprovechábamos para abrir el chubasquero y sentir el aire fresco de la sierra.

Antes de bajar la cuesta de los toros teníamos en tercer avituallamiento, km 30, donde repostamos agua y bebimos isotónico. Habíamos pasado el ecuador de la prueba y el grupo se encontraba fuerte. Nos aproximábamos a un punto que habíamos tomado como estratégico, La Cantina. Allí nos encontramos el cuarto avituallamiento, el segundo sólido, donde comimos y nos encontramos con Candi que algunos kilómetros antes había decidido tirar hacia adelante y nos había cogido unos minutos de ventaja.  

También aquí nos encontramos con el primer cambio de recorrido que nos hizo pensar que la carrera podría alargarse algunos kilómetros. El grupo continuaba unido pero todos teníamos presente que se podía romper en cualquier momento si alguno sufría alguna pájara. De hecho, hubo algún momento de bajón en el que se hizo el silencio en el grupo, cosa que no había pasado desde que tomamos la salida.


A partir del km 45 empezaron a hacerse más notables la dificultades por las que algunos compañeros del grupo estaban pasando pero, lejos de dejarlos solos, el grupo se hizo una piña y fue arropando a los que peor lo estaban pasando. Incluso algún corredor se unía a nuestro grupo para sobrellevar mejor los últimos kilómetros.


Llegados al km 50 teníamos el último avituallamiento, bebimos agua e isotónico y seguimos hacia Guillena con un cambio de recorrido que contrarrestaba los kilómetros de más que habíamos hecho antes. Aquí nos encontramos a Keko que había venido a animarnos y vaya si lo hizo. Nos subió la moral a todos y nos dio alas para afrontar el tramo final.


Finalmente, llegamos a meta en 6h20’, bastante mejor de lo que habíamos presagiado en la salida. Seis horas de disfrute y diversión. A mí me pareció más un entrenamiento que una carrera y, sin riesgo a equivocarme, puedo decir que es la carrera en la que mejor me lo he pasado en los 16 años que llevo corriendo.



domingo, 3 de mayo de 2015

7 Colinas de Tartessos. Camas 2015

03.05.2015

Hoy se ha disputado la carrera de montaña "7 colinas de Tartessos" en Camas y mi hermano que estaba convaleciente por una reciente operación no se ha querido perder la carrera y se ha ido cámara en mano a la subida a la colina de Santa Brígida para inmortalizar el momento. 

Os dejo aquí el enlace a la galería.





domingo, 29 de marzo de 2015

IX Carrera Montaña Sierra de Tentudía 2015

22.03.2015


El equipo antes de la salida
El pasado domingo estuve en la Sierra de Tentudía para debutar en una carrera de montaña con un gran grupo de mi club. Mi debut tuvo un cierto sabor agridulce por unos problemas físicos y una climatología adversa, pero eso no empaña lo bien que lo pasamos el fin de semana por tierras extremeñas. Como digo, el tiempo no acompañó y, aunque tomamos la salida sin frío y sin agua, conforme íbamos ascendiendo y avanzaba la prueba la niebla se hacía cada vez más espesa, el frío más intenso y la lluvia comenzaba a dejarse notar.

No podíamos esconder lo que estábamos disfrutando
Desde el comienzo notaba un raro cansancio que achaqué a las pendientes que estábamos subiendo, ya que, en terreno favorable el cansancio desaparecía por completo. Mi intención en esta carrera simplemente era disfrutar y procuré hacerlo durante toda la carrera, incluso parando a hacernos algunas fotos por el camino. Comenzamos la carrera en el pueblo Cabeza la Vaca, a unos 750 metros, donde me despedí de mi mujer y mi hijo, y el primer cerro (Cerro Molino) de unos 900 metros lo subimos bastante bien. Acabábamos de empezar y aun teníamos fuerzas. El segundo ya se hizo más difícil, el pico Bonales de 1.059 metros se nos atragantó un poco. A estas alturas el frío se hacía notar y ya teníamos la niebla encima que nos impedía poder disfrutar de las maravillosas vistas que intuíamos pero que no podíamos ver. 

Con mi amigo Delicado hice gran parte de la carrera
Un entorno maravilloso
A partir de aquí también nos encontrábamos con unos descensos muy técnicos donde teníamos que tener mucho cuidado para no acabar en el suelo. El Alto de la Antena de 1.040 metros vino después y estando arriba me dí cuenta que el nombre le viene por una enorme antena de telefonía que corona el alto. Éste también lo pasamos con bastante solvencia pero ya con la compañía de la lluvia que no se quería perder nuestro paso por el Alto de Tentudía que sería el siguiente a afrontar. Se hizo dura la subida al Monasterio de Tentudía (1.112 metros) pero se compensó al llegar arriba y ver que me esperaba allí mi familia bajo un aguacero tremendo pero con la alegría de verme llegar. Me quité el cortavientos y me puse un chubasquero impermeable más acorde al diluvio que estábamos soportando. Habíamos llegado al punto más alto de la carrera y ahora nos tocaban unos 8 km. de bajada antes de afrontar las dos últimas cotas de unos 900 metros cada una.

Apunto de hacer cumbre en Tentudía
Estamos en el kilómetro 18 cuando empezamos a bajar, el subidón de haber llegado a lo más alto me duró 2 kilómetros, el tiempo que tardaron los calambres en aparecer un mis piernas. A partir de entonces fue un pequeño calvario, los calambres comenzaron en los cuádriceps y se fueron haciendo cada vez más intensos. Aprovechaba los pequeños repechos para andar y aliviar el dolor. Era la primer vez que sufría de calambres y me cogió por sorpresa. Tras los cuádriceps fueron los gemelos y posteriormente los isquiotibiales. Ya no había un sitio de las piernas donde no notara los calambres y antes de comenzar de nuevo a subir me paré sin decirle nada a los compañeros con los que iba para evitar que ellos se pararan también y estuve unos minutos estirando las piernas. 

Estando allí parado me alcanzó mi hermano y algunos compañeros más que venían por detrás y con ellos volví a correr otra vez. Tras la parada me encontraba mejor aunque los calambres seguían conmigo. Pasamos los dos cerros que nos quedaban sin demasiados problemas y entramos de nuevo en el pueblo buscando la meta. Al final paramos el crono en 3h25, mejor de lo previsto a pesar de los problemas, y me fui directo a la carpa de los fisioterapeutas para que me arreglaran las piernas. 

Con Ángel, Candi y mi hermano acabé la carrera
Sin duda fue una carrera muy bonita aunque el tiempo no nos dejara descubrirla en todo su esplendor y a la que habrá que volver en mejores condiciones. 



miércoles, 25 de febrero de 2015

Zurich Maratón Sevilla 2015

22.02.2015

El grupo completo
Hace tiempo que tengo un poco abandonado el blog pero no quería faltar a mi cita con el Maratón de Sevilla.

Este domingo pasado se ha celebrado la Zurich Maratón Sevilla 2015 y ahí estaba yo para participar. Tras el Maratón de Málaga me tomé unos días de descanso y bajé la intensidad de los entrenamientos. Pasadas las vacaciones navideñas volví a intensificar los entrenos buscando llegar a Febrero en la mejor forma posible pero, por una cosa o por otra, no he tenido la regularidad deseada. Tanto es así que hasta la última semana no he sabido que objetivo ponerme.

Finalmente, poniendo en común con los compañeros los objetivos de cada uno me decidí por acompañar a un grupo que pretendía buscar las 3h10, lo que suponía igualar mi marca de Málaga. Era una empresa difícil, pero no quería quedarme en tierra de nadie, ya que, el siguiente grupo de compañeros iría a un ritmo bastante más bajo que el mío.