domingo, 2 de septiembre de 2012

Maratón de Sevilla 2012

Crónica de archivo.
19.02.2012

Mi tercera maratón

Este año mi maratón ha sido diferente a los anteriores. Si en los 2 primeros iba a un ritmo cómodo y seguro para llegar fuerte a Meta, en éste la cosa cambió. Este año no sabía que estrategia coger. No sabía si reservar yendo a un ritmo cómodo como en los anteriores o imponer un ritmo más exigente para buscar mi tope. Días antes, llegué a un acuerdo con mi hermano para llevar un ritmo de 5'00", que no me parecía ni muy exigente ni muy cómodo, pero, por lo visto, se le "olvidó", y yo no supe explicarme bien durante la carrera, porque cuando le decía que íbamos por debajo de 5'00" él seguía tirando. Y eso, que Roque intentaba ayudarme.
Esta vez nos pusimos más cerca de la línea de salida que el año pasado y apenas tardamos 50 segundos en atravesar la línea de salida. Pronto nos unimos un quinteto formado por José Manuel Polvillo, Manuel Matías, Roque, mi hermano y yo a un ritmo demasiado elevado para mi gusto. En el kilómetro 5, José Manuel y Matías comenzaron a distanciarse de nosotros a pesar de las advertencias de Roque de que llevábamos un ritmo fuerte. Roque, mi hermano y yo continuamos juntos manteniendo un ritmo entre 4'40" y 4'50".

Los kilómetros van pasando y, a pesar del ritmo, las sensaciones son buenas, seguimos charlando y comentando la maratón. Allá por el kilómetro 16 mi hermano se ve fuerte y me dice: - "Resérvate para que tires tú del 21 al 30" y me río pensando la confianza que tiene mi hermano en que yo vaya a llegar bien para entonces. Se pone delante del grupo y pretende aumentar el ritmo, pero creo que conseguir disuadirlo haciéndole ver que todavía quedaban bastante carrera por delante, aunque bajamos de 4'40" durante 2/3 kilómetros. Casi sin darnos cuenta llegamos a la media maratón en un tiempo real de 1h40'27" (1h41'16" - tiempo oficial). Nos anima la posibilidad de hacer un tiempo final de 3h20' pero de nuevo procuro mantener la calma para no pagarlo luego aunque es difícil hacerlo recibiendo los ánimos de la familia Vega. Por un momento pienso que el ritmo que llevamos es una locura pero a la altura a la que estamos cambia mi planteamiento de la maratón y decido exigirme el máximo.

Pasamos el kilómetro 23 donde vemos a Risitas y a pocos metros nos encontramos a Matías andando. Le animamos a que siga nuestro ritmo aunque también le advertimos que hay más compañeros detrás a corta distancia. Toma fuerzas y se une al grupo aunque el momento no es bueno; estamos en plena "subida" a la Gran Plaza y el repecho se hace notar. Ya en Eduardo Dato recuperamos el ritmo y recorremos la avenida a 4'36", en esto miro hacia atrás y veo que Matías y Roque se han quedado.

Seguimos mi hermano y yo manteniendo el ritmo por debajo de 4'50". Pasamos por el Benito Villamarín y, de nuevo, la familia de Manolo que nos renueva el ánimo.  Pero a mi hermano le pueden los dolores y se empieza a quedar. En este punto me quedan 12 kilómetros por delante en solitario. Me había mentalizado durante los entrenamientos que esto me podía pasar, así que, procuré hacerme a la idea de correr en solitario. En el 31 me encuentro con Gabi en la bicicleta (en un principio no lo conocí) y me dice que José Manuel va por delante pero no me dice cuánto tiempo me lleva (luego he visto en los parciales que me llevaba 3 minutos).

Ya sólo pienso en el kilómetro 33 donde está mi familia esperándome. Ver a mi hermana, cuñado, a mi mujer y a mi hijo me da alas. Aprovecho el siguiente kilómetro para comerme una barrita de chocolate que me han dado y beber tranquilamente. Bueno, todo lo tranquilo que se puede comer y beber a 4'50". Después de comer empiezo a plantearme si dar mi último tirón pero decido esperar a cruzar el puente del Cachorro para quitarme el repecho de la Ronda de Triana y del puente. Allí, en el puente, vuelve a acompañarme Gabi con la bici y me percata de que José Manuel está a la altura de Plaza de Armas.

Aprovechando la bajada del puente aprieto para intentar coger a José Manuel y hacer los últimos kilómetros juntos pero las piernas no me responde como en el año pasado. Desde el puente de la Barqueta hasta el final del parque mi ritmo se resiente y no soy capaz de bajar de 4'55". Pero cuando veo el Estadio la cosa cambia, las piernas parece que vuelven a responder y hago los últimos 500 metros a un ritmo de 4'10".

Cruzo la meta en un tiempo real de 3h22'55" (3h23'44" - tiempo oficial) bajando mi mejor marca en 33 minutos (3h56' en 2011). Ni en mis mejores sueños me había acercado a esta marca y mucho menos en mis previsiones. Llega el momento de agradeceros a todos que me hayáis ayudado a mejorar tanto durante el último año y a Roque y a mi hermano por exigirme un ritmo fuerte durante la Maratón. Y, por supuesto, a los que apostasteis por mí para el pódium final.

Nos vemos en la próxima


Celebrando con champán los resultados

Fiesta de clausura

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