lunes, 27 de agosto de 2012

Media Maratón Marchena-Paradas 2011

Crónica de archivo.
16.10.2011

Recupero esta crónica porque esta carrera significó el comienzo en la bajada de mis marcas.

Al final de la cuesta del km. 17
Este pasado domingo nos fuimos hasta Marchena para participar en el XIV Medio Maratón Marchena-Paradas. Preocupado iba por una lesión de rodilla que me está llevando por la calle de la amargura y que no me deja correr agusto. Después de 2 semanas sin hacer entrenamientos buenos y reservándome todo lo posible, me puse de nuevo las zapatillas para probarme en esta dura carrera a la que no falto desde hace varios años.

Habíamos quedado a las 8 de la mañana para ir con tiempo y sin prisas, así que, a eso de las 9 y cuarto ya estábamos en la cola para recoger el dorsal. A las 10 en punto se dió la salida y en pocos metros ya nos metimos en carretera en busca de Paradas. En menos de 40 minutos llegamos a Paradas y damos la vuelta de regreso a Marchena. Aquí la rodilla me da un aviso fuerte para que no me olvide de ella, así que sigo corriendo con más precaución pero, poco después, el dolor comienza a remitir y vuelvo a coger velocidad.

Comenzamos una subida progresiva hacia Marchena que nos lleva al km. 17. Los aficionados, sabedores del esfuerzo que hay que hacer en este punto, se concentran al inicio de la cuesta para dar ánimos y sacar algunas fotografías. Pasamos este km como buenamente se puede y tenemos la sensación de tenerlo todo hecho. Quedan 3 kilómetros, todavía tenemos que subir un poco más hasta el centro de Marchena pero ya estamos dentro del pueblo y todo se ve más fácil. La rodilla me ayuda y no se resiente, de echo no noto la lesión, parece que me quiera echar una mano para terminar la prueba. Recuperado de la cuesta vuelvo a subir el ritmo y llego a la recta de meta con fuerza. Tiro un poquito más para adelantar a 4 atletas que tenía por delante y cruzo la meta en 1h38'29".

Increible, acabo de batir mi record en Medio Maratón, lesión incluida. Recogemos el avituallamiento, estiramos y, entonces, vuelvo a la realidad. Mi lesión está ahí y ya no se esconde. Así que nos acercamos a un bar a tomar unas cervecitas y pedimos una bolsa con hielos al camarero que fue directa a mi rodilla.

Por recomendación de mi fisioterapeuta, esta semana voy a descansar un poco y, en lugar de correr, voy a hacer bicicleta.

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