22.02.2015
El grupo completo |
Este domingo pasado se ha celebrado la Zurich Maratón
Sevilla 2015 y ahí estaba yo para participar. Tras el Maratón de Málaga me tomé
unos días de descanso y bajé la intensidad de los entrenamientos. Pasadas las
vacaciones navideñas volví a intensificar los entrenos buscando llegar a
Febrero en la mejor forma posible pero, por una cosa o por otra, no he tenido
la regularidad deseada. Tanto es así que hasta la última semana no he sabido
que objetivo ponerme.
Finalmente, poniendo en común con los compañeros los
objetivos de cada uno me decidí por acompañar a un grupo que pretendía buscar
las 3h10, lo que suponía igualar mi marca de Málaga. Era una empresa difícil,
pero no quería quedarme en tierra de nadie, ya que, el siguiente grupo de
compañeros iría a un ritmo bastante más bajo que el mío.
Plaza de España |
Para la salida formamos un grupo de 6 (Melo, Delicado,
Agustín, Miguel Ángel, Fernando y yo) aunque pronto se reduciría. Pasado el 2º
kilómetro Melo impuso un ritmo más fuerte en busca de bajar de las 3 horas. Los
demás seguimos nuestro camino entre risas y concentración para hacer más ameno
el paso de los kilómetros pero sin perder el norte. Se daba la circunstancia
que, del grupo, 3 eran debutantes en la distancia, así que, los dos veteranos
teníamos que poner la calma y la experiencia para llegar a buen puerto.
La primera parte de la carrera se pasó muy rápido y fuimos a
un ritmo muy constante que nos llevó a marcar 1h34 en la Media Maratón. A
partir de aquí, la cosa empezó a cambiar. El grupo mantuvo el ritmo pero Agustín
“desapareció”. Tras pasar por los avituallamientos, en los que alguno se podría
quedar descolgado, nos buscábamos para volver a formar el grupo pero, tras el
avituallamiento del km. 25 perdimos a Agustín. Parecía que se lo había tragado
la tierra.
Plaza de España |
En el kilómetro 30 Fernando se descuelga y, al preguntarle,
nos dice que se ha topado con “el muro” y no es capaz de seguir el ritmo. Le
damos algunos consejos para que recupere el ritmo pero se queda
definitivamente. Continuamos los tres mosqueteros con el deseo de no perder a
nadie más. En el kilómetro 33 me toca a mí pasarlo mal. Emprendo un lucha con el
“tío del mazo” para no descolgarme teniendo claro que si llegaba al 35 sería
capaz de recuperarme. Delicado se da cuenta e intenta animarme. Esta vez gano
la lucha yo y consigo seguir en el grupo. Hemos llegado al km. 35, al Parque de
María Luisa, y todo pasa. De nuevo estoy recuperado y con ganas de afrontar la
parte más bonita del Maratón.
A partir de aquí empezamos a recibir los ánimos de los
amigos y de nuestras familias que unidos a los de la gran cantidad de público nos
hace que los siguientes 5 kilómetros se pasen volando. Ya estamos en el km. 40,
el Puente de la Barqueta, hemos atravesado el centro de Sevilla y nos
encaminamos directos al Estadio de La Cartuja. En estos momentos, voy como una
moto, no siento en las piernas las 3 horas que llevamos corriendo. Nos quedan 2
kilómetros, 10 minutos mal contados para que todo termine.
Últimos 100 metros |
Es aquí donde Miguel Ángel nos dice que no puede seguir el
ritmo y que sigamos sin él, pero a dos kilómetros del final no vamos a dejarlo
solo, así que empezamos a animarlo sin parar, bajamos un poco el ritmo y no
paramos de hablarle para tenerle la mente ocupada. Lo tenemos unos metros por
detrás pero no se termina de descolgar, sigue luchando para entrar en Meta con
nosotros. En un suspiro entramos en el estadio y, en los últimos 100 metros,
saca fuerzas para pegarse a nosotros y entrar juntos. Lo siguiente es fundirnos
en un abrazo para agradecernos el apoyo.
Hemos cruzado la Meta en 3h10’12”, personalmente he mejorado
mi mejor marca de Málaga en 19”. No me lo puedo creer, he disfrutado muchísimo
toda la carrera, no he tenido grandes sufrimientos, he conseguido mejorar mi
marca y estoy pletórico.
Es la primera vez que termino un Maratón en grupo. Siempre había
terminado en solitario pero, esta vez, había compartido los 42 kilómetros con Delicado
y Miguel Ángel (lástimas de Agustín y Fernando que se quedaron por el camino).
Quiero agradecer a los compañeros y familiares que nos dan
su apoyo desde el público. Nunca faltan y son una gran motivación. Y, por
supuesto, a mi mujer y mi hijo que entienden mis ausencias para ir a entrenar y
que siempre que pueden vienen a animarme.
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