Antes de empezar la carrera |
Este domingo me he ido con los compañeros hasta Alcalá de Guadaíra para participar en la Media Maratón Riberas del Guadaíra. Esta es la segunda vez que acudo a esta media que este año estrenaba recorrido. El año pasado se me hizo dura por los desniveles del recorrido y este año, aunque con recorrido nuevo, más o menos esperaba lo mismo. Antes de las 9 de la mañana llegamos hasta Alcalá y gracias al GPS no tuvimos que dar muchas vueltas para encontrar el nuevo emplazamiento de la salida de la carrera, unas perfectas instalaciones deportivas para acoger a los corredores.
Recogemos los dorsales, esperamos a los compañeros que falta y nos preparamos para calentar un poco. Pero justo antes de calentar estábamos comentando las cuestas que nos podríamos encontrar cuando nos interrumpe un señor de Alcalá, Benito Gutiérrez, corredor veterano y artífice del recorrido, que nos orienta sobre lo que nos vamos a encontrar, indicando que la parte más dura la encontraremos a partir del km. 15. Tras estas nociones que pusimos en cuarentena, no porque dudaramos de que lo duro estaba al final sino porque intuíamos que hasta el 15 también nos encontraríamos con trechos exigentes que para este buen señor solo eran "falsos llanos".
Ante las malas experiencias de las dos últimas carreras en las que había sufrido demasiado y tuve la sensación de estar muy cansado, me planteé no sufrir en demasía y salir con un ritmo cómodo para verlas venir, aunque, teniendo en cuenta que la salida era en cuesta abajo, el principio sería rápido pero ya iría regulando después con el paso de los kilómetros. En la línea de salida Delicado me insistía en que no me relajara tanto, que todas las carreras no iban a ser iguales, y quizás tenía razón pero yo tenía claro que no iba a seguir el ritmo de Miguel porque estaba seguro que saldría muy rápido.
Y así fue, tras dar la salida empezamos todos disparado cuesta abajo pero, a unos escasos 300 metros, ya empezamos a subir. Miguel se fue hacia delante, luego le seguíamos Delicado y un servidor, y por detrás nuestra, Agustín, Gabriel y mi hermano. En los 4 primeros kilómetros rodeamos una urbanización donde ya nos encontramos con algunos repechos, constantes subidas y bajadas que me llevaron a comentarle a Delicado que si no cambiaba la tónica de la carrera nos enfrentábamos a un auténtico rompepiernas. Y no cambió mucho.
Tras pasar el kilómetro 4 nos adentramos ya en caminos de tierra compacta con algunas piedras suelta con las que había que tener cierto cuidado. Aquí empieza la parte bonita de la carrera. A estas alturas nos habíamos enclado en uno ritmo entre 4'20" y 4'25", a excepción del primer kilómetro que fue bastante más rápido. Aunque apenas variábamos el ritmo fueramos en ascenso o en descenso, en las bajadas siempre intentábamos compensar un poco el tiempo perdido en los repechos haciendo que algunos kilómetros nos acercáramos a los 4'15". Poco a poco empecé a no encontrarme bien, volvían las malas sensaciones de carreras anteriores y no me encontraba cómodo corriendo. La sensación de excesivo cansancio se apoderaba de mí y lo notaba sobre manera en las cuestas.
Brindando |
En la última carrera, la media de Arahal-Morón, me tomé un gel que estaba probando en el km. 15 y creo que fue muy tarde, así que esta vez había planificado tomarlo en el km. 10, y no veía el momento en que llegara el avituallamiento. Los kilómetros 8 y 9 se me hicieron eternos. Ya no iba bien, pero coincidió con unos kilómetros de pocos altibajos en el terreno a la orilla del río Guadaira y pude seguir el ritmo de Delicado. Ya en el km. 10 me tomo el gel que me sienta fatal en el estómago y empiezo a darle vueltas a la cabeza. Intento digerirlo durante un par de kilómetros pero en el 12 coincidiendo con un nuevo repecho para subir de nuevo al puente le digo a Delicado que siga él solo porque no voy bien.
Bajo el rimo entre 5 y 10 segundo y empiezo a ir más cómodo aunque sigo sin ir del todo bien. Mantengo a Delicado al alcance de la vista y eso me ayuda a no venirme abajo. Nos adentramos en un paraje muy bonito cubierto de árboles que, además de hacernos disfrutar visualmente, nos ofrece sombra que no nos viene nada mal porque ya empieza el sol a hacerse notar. Pasamos el avituallamiento del km. 15 y recuerdo los comentario de que aquí empieza el rock and roll, le doy un par de buches a la botella de agua el resto la dejo caer sobre mi cabeza y mis piernas y, a partir de aquí, empezó otra carrera distinta.
Las sensaciones cambian. Más o menos, para el km. 15,5 tenemos el primer repecho fuerte, de apenas 100 m. pero el terraplén es importante. Lo afronto con cautela pero empiezo a encontrarme bien. Lo he subido y he vuelto a mi ritmo sin demasiados esfuerzos mientras empiezo a ver a los corredores que van a mi alrededor empiezan van sufriendo más que yo. Empiezo a reconocer la zona, este tramo ya lo hicimos el año pasado pero al principio de la carrera. A unos 500 m. otro terraplén, este es más largo, pero lo subo mejor que el anterior. Ahora las sensaciones son como las que tenía en mis mejores momentos de la temporada. ¿Quizás me esté haciendo efecto el gel 5 kilómetros despues?
Reponiendo fuerzas |
Aun mantengo a Delicado a la vista y empiezo a recortarle terrreno. Por cada repecho le recorto algunos metros y empiezo a pensar en alcanzarlo. Tras 3 kilómetros de fuertes repechos llegamos al kilómetro 18 donde volvemos al asfalto y empezamos a bajar de nuevo hacia la ribera. Poco a poco empiezo a aumentar el ritmo con la idea de ponerme a la altura de Delicado antes de que termine el descenso. En el km. 19, justo cuando comenzamos de nuevo a subir le doy cazar y juntos hacemos los dos kilómetros finales. Tenemos que volver a subir hasta la Meta pero esta vez es más suave el ascenso.
Pese a encontrarme fuerte, no quiero dejar a mi compi solo. Me pongo un pasito por delante para llevar yo el ritmo pero siempre con la vista puesta en él para no separarme mucho. Me ha dicho que va tocado de la espalda y le está costando terminar estos últimos metros. Una calle antes de la línea de meta nos vemos una pasillo de voluntarios que nos animan para darlo todo en los metros finales. Cruzamos la meta en 1h31'17", buen tiempo para lo que tenía previsto y además nos llevamos una sorpresa, Delicado ha quedado 2º de su categoría. Nueva alegría para el cuerpo y a celebrarlo con una cervecita.
Con el trofeo conseguido |
Miguel había entrado 4 minutos antes que nosotros y nos estaba esperando en la Meta. Recogimos nuestras bolsas y nos fuimos a la línea de llegada para esperar a Agustín, Gabriel y a mi hermano.
Ya solo me queda una carrera para tomarme un descanso. El próximo domingo iré a Camas a la Carrera de Montaña "7 colinas de Tartessos" pero eso será otra historia.
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