04.05.2014
Preparados para afrontar la batalla |
Una hora antes de la carrera
llegamos a Camas para recoger los dorsales. Este año hemos ido un grupo
numeroso, parece que el boca a boca ha funcionado y muchos querían probar de
primera mano lo que tanto les hemos contado durante este año.
Puntual a su cita se dio la
salida y, con buen criterio, este año se ha incluido una vuelta de un kilómetro
alrededor de una urbanización cercana con la intención de que la carrera
llegara más estirada al primer sendero y evitar así posibles parones para
acceder al camino.
Como en las últimas carreras,
Miguel pone tierra de por medio desde el principio, cerca le seguimos Agustín,
Delicado y yo y el resto del grupo queda algo más retrasado. Al entrar en el
primer sendero me toca un corredor más lento delante, busco un pequeño ensanche
y lo adelanto pero Agustín y Delicado siguen bloqueados por él. No tardan en
adelantarlo pero al poco nos encontramos con el primer repecho importante. Dos
corredores que van delante mía deciden subirlo andando, así que tengo que hacer
un poco de campo a través para adelantarlos y subir sin pararme. De nuevo,
Agustín y Delicado se quedan atrás y esta vez les saco un distancia
considerable.
Pasamos por el lugar donde se
descubrió el Tesoro del Carambolo y bajo un poco el ritmo para esperar a
Agustín y Delicado que he visto que ya vienen detrás. Eso me ayuda también a no
forzar más de lo necesario puesto que todavía queda mucha carrera. Pasamos por
Castilleja de la Cuesta en dirección a Caño Ronco y Agustín y Delicado no
terminan de enganchar conmigo. Algo me dice que alguno de los dos no va bien. Veo
a Miguel delante, me lleva unos 300 metros , pero la distancia es engañosa
porque yo voy bajando y él ya está afrontando la siguiente subida. De nuevo,
nos metemos en un sendero estrecho. Agustín y Delicado no solo no me han
alcanzado sino que les he sacado más distancia, así que hay que hacerse a la
idea de correr en solitario.
Recién llegados a Camas |
El calor empieza a ser sofocante,
los campos están muy secos y el polvo se mete en la garganta. El primer
avituallamiento, en el kilómetro 6, me viene fenomenal. Aprovecho el llaneo
hasta Castilleja de Guzmán para hidratarme. Echo en falta algunas papeleras que
puestas a unos metros del avituallamiento hubieran venido muy bien para
deshacernos de la botella. Yo aguanto la mía hasta que en Guzmán encuentro una
papelera para tirarla.
Al terminar de cruzar la pasarela
peatonal miro hacia atrás y veo que Agustín y Delicado están empezando a
cruzarla. Sigo dosificando el esfuerzo porque sé que aun queda lo peor. En
Guzmán nos juntamos un grupito que hace más ameno el transitar por el pueblo.
De nuevo un camino para subir hasta Valencina de la Concepción, estamos
llegando a la parte más alta del recorrido y pronto empezaremos a bajar para
afrontar la parte más dura. Nuevo avituallamiento en Valencina, en el kilómetro
10, y terreno propicio para quedarle unos segundillos al crono y coger aire
para lo que queda.
De pronto, se acaba el camino y
nos metemos en un terreno ‘arrao’ por el que nos tenemos que guiar por los
testigos colgados por la organización en los olivos para señalar el camino.
Aunque fastidioso por el terreno, este fue uno de los momentos más divertidos
que, además, nos llevó al momento más bonito que fue un sendero muy estrecho
pegado a la ladera de la montaña desde el que se podía divisar toda la comarca
con la capital al fondo.
Y de aquí al momento más duro.
Primero nos encontramos con una repecho con un escalón de 40 ó 50 cm . en el que tenemos que
apoyarnos con las manos en el suelo para poder subir. Los 10 ó 15 metros de este repecho
los hago andando y en cuanto el terreno pierde inclinación vuelvo a la carrera
tomar con rapidez la bajada que nos llevará
a la primera gran pared que tenemos que afrontar. Aprovecho la inercia
para subir todo lo posible corriendo pero cuando llego, más o menos, a la mitad
tengo que seguir andando porque la pendiente me impide seguir corriendo.
En plena subida |
En este momento me encuentro con
Juanlu que está situado estratégicamente para fotografiarnos en esta subida. Lo
saludo mientras continuo hacia arriba. Cuando llego a la cima me paro,
aprovechando que voy andando, para atarme los cordones que se me han desatado
en la subida. Bordeamos la cima y nos encaminamos a realizar la bajada más
peligrosa por su pendiente y el firme. Me sitúo arriba y, sin pensarlo mucho,
me lanzo hacia abajo. El corredor que llevo delante decide plantar el culo en
el suelo y bajar despacito. Por el contrario, yo sigo con un pasito corto y
controlado pero rápido. La bajada es espectacular, muy técnica y divertida.
De nuevo, aprovecho la inercia
para subir corriendo la última de las paredes todo lo posible. Esta vez empiezo
a andar bastante antes y me toca subir andando más de la mitad del repecho. Al llegar
a arriba, sin tiempo para disfrutar de las vistas del mirador vuelvo a bajar.
De aquí a la Meta solo queda un leve repecho. El tramo final es en bajada y se
agradece llegar a Meta con un ritmo bueno que te dé buenas sensaciones.
Cruzo la meta en 1h16’41”, los 16 km . han sido duros pero me
he divertido mucho. Allí me está esperando Miguel. Por sorpresa, el siguiente
en entrar es Keko, ha hecho un carrerón y se ha llevado el 3º puesto de su
categoría. Posteriormente entrarían Agustín y Delicado, que venía un poco
perjudicado, y pasados unos minutos comenzaron a entrar el resto de compañeros.
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