Con mi hermano y con la equipación nueva |
Este
domingo estuve participando en la Media Maratón de Marchena-Paradas que se está
convirtiendo en una prueba habitual en mi calendario. El año pasado falté por
coincidencia con la boda de unos amigos pero este año he vuelto para disfrutar
de esta carrera.
Esta
es una media que infunde respeto principalmente por la cuesta que hay que subir
antes de cumplir el kilómetro 18 y puede ser esta la razón por la que me
atraiga a mí y al más de medio millar de corredores que cada año nos acercamos
hasta Marchena. Tampoco se queda atrás la exigente entrada en Paradas con otra
cuesta que como no asumas bien te puede hacer perder mucho tiempo en recuperar
el esfuerzo realizado.
A
decir verdad, a simple vista, la carrera no tiene un gran atractivo porque más
de la mitad de la carrera se desarrolla por la carretera de Marchena a Paradas que
se toma de ida y de vuelta, pero tiene algo, no sé si el ambiente que crean los
vecinos en Paradas, la cuesta del km. 18, las subidas y bajadas de la
carretera, el recorrido por el centro de Marchena, no sé, pero tiene algo que
me hace volver.
Este
año se presentó un día estupendo,algo fresco al principio pero ideal para
correr. Fuimos mi hermano y yo y llevábamos también el aliciente de estrenar la
nueva equipación del club. Como había corrido el viernes la Carrera de Empresas
del Pisa, que ya conté ayer, quise hacer una carrera tranquila. Por el perfil
que tiene, ésta no es una Media ideal para hacer marca, así que salí
acompañando a mi hermano a un ritmo medio de 4’20”.
Los
kilómetros pasaban y yo me encontraba muy bien. Como digo algunas veces para
desconcertar a los compañeros: “Iba dando un paseo”. Antes de llegar a Paradas
ya me había dicho mi hermano varias veces que tirara para adelante pero no tenía
intención de hacerlo y seguí a su lado. Una vez salimos de Paradas llegamos al
km. 10 y el reloj marcó 43’23” y entonces mi hermano se puso pesado para que
tirara e intentara batir mi marca en Media Maratón de 1h30’07” (realizada el
año pasado en Los Palacios).
Al
llegar al km. 11 me dio la impresión de que estaba bajando el ritmo mucho para
obligarme a que me fuera así que lo dejé y empecé a coger un ritmo más vivo. Si
quería superar mi MMP tenía que recuperar tiempo en los 5 kilómetros
siguientes para compensar la perdida que sufriría en la subida del 18. Hasta el
15 fui bastante bien, el reloj marcaba 1h04’25” (había hecho el 5.000 en 21
minutos), y sabía que si lo repetía con el siguiente 5.000 estaría en disposición
superar mi MMP pero tenía que superar la cuesta. Desde el km. 16 la carretera empieza
a picar hacia arriba y llegué al km 17,5 casi fundido. Afronté como pude la
cuesta pero el desánimo estaba pudiendo conmigo.
Procuré
animarme y decidí subir como pudiera la cuesta y recuperar luego el tiempo
perdido. Sabía que perdería tiempo en la cuesta pero no que iba a sufrir tanto.
Intenté recuperar rápido pero necesitaba más terreno, al tiempo que me
encontraba con otra subidita hasta el centro de Marchena que terminaba sobre el
km. 19. A
partir de aquí todo es cuesta abajo hasta la recta de Meta y yo lo sabía, así
que poco a poco empecé a apretar todo lo que pude. Animé tanto el ritmo que el
km. 20 me salió en 3’55” pero a partir de aquí ya no quería mirar el reloj, tenía
menos de 4 minutos para batir mi marca.
Aproveché
todo lo que pude la cuesta abajo hasta que llegué a la recta de Meta que otra
vez pica hacia arriba. Aquí las piernas ya acusaron el esfuerzo pero intenté sacar
todas las fuerzas que me quedaban a sabiendas de que posiblemente sería en
vano. Y crucé la Meta dándolo todo y recibiendo la sorpresa de hacerlo en 1h30’04”,
3 segundo por debajo de mi Mejor Marca Personal. Había batido mi record, por
poco, pero lo había batido. Super contento me fui a recoger el avituallamiento
y a buscar una sombra para estirar mientras esperaba a mi hermano. Para otra
ocasión me plantearé bajar de una hora y media, pero eso ya llegará.
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