Mi debut en una carrera de montaña
Este domingo nos hemos ido hasta la localidad vecina de
Camas para participar en la Carrera de Montaña “7 colinas de Tartessos” de 15.400 metros de
longitud y con una considerable dureza. Al ser la primera vez que iba no
conocía bien el circuito y sólo había realizado un entrenamiento por la parte
final de la carrera. Aprovechando que mis compañeros sí habían realizado algún
entrenamiento por todo el circuito me informé de los puntos a tener en cuenta y
me ayudó para llevar un pequeño control de la carrera.
Nada más dar el pistoletazo de salida empezamos a callejear
y coger las primeras cuestas considerables. Antes del primer kilómetro el
circuito se estrechaba de tal manera que sólo podíamos pasar de uno en uno
esquivando la maleza del campo, por eso, me puse al principio del pelotón en la
salida y, así, no perder mucho tiempo en este embudo. Este primer punto
estratégico lo pasé bien y no perdí apenas tiempo con los atletas que me
precedían.
Ya tenía por delante a los compañeros Jose, David y Miguel
y, junto a mi, estaban Delicado y Matías. Llegamos a un punto en el que había
que girar a la derecha pero que no estaba bien señalizado, por lo que, algunos
corredores se equivocaron y siguieron para adelante teniendo que volver para coger
de nuevo el circuito. Por suerte, yo cogí el camino bueno. En este primer tramo
subimos hasta el Carambolo, de aquí a Castilleja y luego nos adentramos en el
camino que nos lleva a Caño Ronco.
Más o menos por este punto Matías empieza a quedarse.
Delicado y yo continuamos juntos teniendo por delante muy cerca a Miguel y
David. Poco antes de llegar a Caño Ronco un nuevo giro a la izquierda nos pone
de frente a una nueva cuesta por un estrecho sendero por el que me tengo que agachar
para sortear un árbol. Este camino nos lleva a Castilleja de Guzmán y, aquí,
empieza a quedarse Delicado. Y justo antes de llegar al pueblo una nueva mala
señalización hace que un grupo que llevo delante dé una vuelta más larga de la
cuenta. Otra vez me he librado de esta equivocación. Me veo con fuerzas y aprieto
en la subida al puente de Guzmán sabiendo que después me espera un tramo de
descenso que será donde alcance a Miguel. Va un poco fundido y se queda, luego
le doy caza a David en la cuesta arriba pero de nuevo me adelanta en el
siguiente descenso.
Salimos de Guzmán en busca de Valencina y vuelvo a adelantar
a David que se ha parado a atarse los cordones y ya no volveré a verlo. Ya no
tengo a ningún compañero cerca, Jose va en el grupo de cabeza y los demás van
por detrás. Por un momento me encuentro en tierra de nadie porque llevo a un
grupo por delante a unos 50
metros y a otro por detrás a unos 30 metros pero me veo con
fuerzas para llegar al grupo de delante y sigo tirando.
Llegamos a Valencina y sé que es el punto más alto, que ya
empezamos a bajar, aunque quedan las colinas más duras. Llevo un buen ritmo por
debajo de 5’00”/km y aún no he andado en
ninguna colina pero será inevitable hacerlo en las próximas. Aprovecho un tramo
de varios kilómetros por caminos anchos en los que podemos correr para ganar
tiempo pero más temprano que tarde llegamos a una nueva colina. De nuevo a
subir por caminos de a uno abriéndonos paso entre las hierbas del campo y con
cuidado de no pincharnos mucho con los cardos.
Llego al segundo avituallamiento, en el primero se me cayó
la botella al subir una colina pero, en éste, la agarro bien y subo el trecho más
duro, me paro, bebo un par de tragos y sigo subiendo. Creo que fue lo mejor que
hice porque el corredor que llevaba delante apenas me sacó unos metros y yo bebí
correctamente. Llegamos a un tramo arado que paso rápido y que nos lleva a la
primera colina de gran nivel que tengo que subir andando. Empiezo la subida corriendo
todo lo que puedo pero cuando me topo con el que llevo delante me tengo que
parar y seguir andando. Una vez arriba continuamos la marcha y visualizamos de
cerca una nueva colina a tener en cuenta, pero antes tenemos que afrontar un
descenso un tanto pronunciado y peligroso (ver foto).
Al llegar a la nueva colina comienzo corriendo pero esta vez
me paro antes de lo previsto, me resulta casi imposible subir más deprisa. Voy
con las manos apoyadas en las piernas y tirando para arriba de mi cuerpo
mientras nos animan desde lo más alto con un cencerro. A pesar de las dos
colinas que he subido andando apenas he perdido 2 minutos y me dispongo ya a
afrontar la última etapa de la carrera. Quedan 2,5 km .
Comienzo un largo descenso pronunciado que me lleva a una
curva de 90º a la derecha que no gestiono bien y piso sobre piedrecillas
sueltas que me llevan a poner las manos en el suelo. Por suerte, no he puesto
las rodillas y no sufro ningún rasguño. Me levanto rápido y afronto la última
subida de la carrera. Una vez arriba sólo queda 1,5 km . en descenso que hago
a tope, aún estoy con fuerzas para apretar y aprovecho la bajada para ponerme a
3’50”/km. Me introduzco en el sendero serpenteante del parque donde está
ubicada la meta, unos metros más y el arco que señala que la prueba está
concluida. Paro el crono en 1h12’55” y la clasificación indica que he entrado
el 24º de la general y el 14º de mi categoría.
Ha sido una gran carrera en la que me ayudó salir al
principio para no perder tiempo en los primeros kilómetros y una buena
preparación en cuestas. He estado corriendo junto a atletas que en llano me habrían
sacado mucho tiempo pero que las cuestas se les atragantaban. En fin, el año
que viene volveré y tendré que mejorar este tiempo. Difícil tarea.
Buena narración. Se conoce estilo en los textos. Enhorabuena por el léxico y la preparación. Pero quizás se te olvida lo principal, has pasado por lo que fue el templo fenicio donde casualmente se halló el tesoro del Carambolo, la vista de Sevilla por la parte de Triana es muy interesante. Mas adelante, cuando llegaste al final de Caño Ronco, ese camino es la vereda de los carboneros, lugar por donde entraban el carbón a Sevilla, rozaste el Dolmen del Lino, es mas, casi subiste por encima de él en Guzmán cuando giraste hacia la izquierda y tras una bajada y un fuerte repechito, rozastes, esta vez, el dolmen la Pastora. Llegado a Valencina bajaste por lo que hoy se llama los Mariscales y antaño camino abajo a Sevilla, que desembocaba en una casilla de Guardabarrera en la vía del tren de huelva, hoy desaparecida y llamada por los chavales del Infierno. El primer cerro, de los carreteros, ahí algunos, los mas atrevidos, han subido con una yunta, que de eso sabéis los de Gines igualmente. Mas adelante pasaste el paso de la culebra, tenia mas de 3 metros de larga cuando la mataron, el cerro último, hoy de Santa Brígida, fue derruido por los Franceses en la guerras de 1812 y en su lugar se emplazó dos cañones para controlar el paso para Extremadura. Desde el primer cerro, el que tiene las cañas, se ve en días claros, Morón, Zaframagón en Coripe y el Puerto de las Palomas en Zahara de la Sierra. Es una carrera para saborear la historia y el espacio. Un saludo y perdona por el rollazo. F.L.D.
ResponderEliminarPues muchísimas gracias por esta lección de historia y por aportar tantos datos a mi narración que yo desconocía. Bueno, el templo fenicio si lo conocía y que viera las vistas de Sevilla es innegable, pero tengo que reconocer que disfruté más de esto durante los entrenamientos que el propio día de la carrera. Me guardo los datos para futuras visitas a estos lugares históricos por los que disfrutamos corriendo durante esta gran carrera.
EliminarSí me hubiera gustado que se hubieran señalizado en el circuito las 7 colinas para saber por que colina transitábamos.
Lo dicho, muchas gracias por el comentario.